La noticia saltó como la pólvora en el día de hoy, tras la publicación de unas declaraciones de John Chen (CEO de Blackberry) para Reuters. En ellas, se afirmaba que el ejecutivo se estaba planteando abandonar el negocio de fabricación de móviles si no recuperaba el pulso en poco tiempo. “Si no puedo hacer dinero con dispositivos, entonces no estaré en ese negocio” ponía la agencia de noticias en boca de Chen. No obstante, el ejecutivo ha querido matizar estas declaraciones en el blog oficial de la compañía.
Según Chen, no se plantea vender o abandonar el negocio de móviles “por lo pronto”. Una afirmación que pretende tranquilizar a los empleados y a la opinión pública pero que deja en el aire muchas interpretaciones posibles, ya que no parece un compromiso muy potente con el futuro de la compañía. El objetivo actual de la firma es encontrar la forma de volver a convertir en rentable el negocio de la fabricación de smartphones, hasta hace poco tiempo el gran pilar de la compañía.
De hecho, en su mayor esplendor durante el año 2011 Blackberry consiguió vender algo más de 50 millones de smartphones, empujados por el éxito de su plataforma de chat propia. Pero el crecimiento de los smartphones con pantalla táctil y el universo Android han desplazado cada vez más a los dispositivos con teclado. El problema para la compañía canadiense es que poco a poco estos problemas para atraer al público también se han extendido al mercado de las empresas. Primero el iPhone y cada vez más los terminales con el sistema operativo de Google se han convertido en la primera opción para los ejecutivos y empleados.
La compañía intentó dar un vuelco a su situación con la salida de una nueva versión de su sistema operativo y equipos completamente táctiles. No obstante, los continuos retrasos en el lanzamiento de los equipos renovados le pasaron factura, y a pesar de las buenas críticas la popularidad de los Blackberry ha caído en picado hasta el punto que apenas tiene ya una presencia residual en el mercado. Según Chen, el negocio volvería a ser rentable en el caso de que consiguieran volver a situarse en las diez millones de unidades vendidas cada año, una cifra que hoy en día parece una quimera. Habrá que esperar unos meses para ver si el ejecutivo se replantea la situación de la empresa o si consigue relanzar la venta de móviles.
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